Predicación Domingo 31 de Octubre

EL  PODER DE LAS  PALABRAS

            Versículo Lema: “La vida y la muerte están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos” Proverbios 18:21

Objetivo: Comprender que lo que yo diga (declare), tiene poder y autoridad.

Comprender la importancia de todo lo que declaramos, pero sobre todo de la Palabra de Dios. Cuando nosotros nos quejamos y hablamos mal de alguien, producimos muerte (declaramos muerte), y solo estamos produciendo ira de Dios, cuando nos quejamos de todo y de todos (aun de Dios).  Debemos entender que las palabras son semillas que nosotros sembramos por doquier y la cual con el transcurso del tiempo, producirá una cosecha, siempre en una forma abundante. Esto que estamos hablando no es el “Poder del pensamiento positivo” ni  “La ley de la atracción”, sino lo que nos enseña la Palabra de Dios en Mateo 16:19, que tenemos autoridad de atar y desatar de acuerdo a la perfecta voluntad  de Dios.

En la Epístola a Santiago 3:8 nos habla del cuidado de la lengua y el hablar, y  la importancia de no maldecir, sino aprender a domar la lengua, (que solo el Espíritu Santo puede lograr en nuestras vidas), y que debemos llenar nuestra mente, corazón y vida de su Palabra  para que esto sea lo que hablemos.

1.- Empieza a hablar correctamente.- Proverbios 21:23

Cuidemos lo que hablamos, lo que pensemos, nuestras acciones, de acuerdo a la voluntad de Dios, pensemos: ¿Cuántos problemas y angustias nos podemos evitar hablando correctamente? ¿Qué estamos sembrando?  ¿Maldición o bendición?

En Eclesiastés 10:20 nos recomienda que no debemos pensar ni hablar mal de nadie, ni aun en lo secreto, pues las aves que escuchan esto lo pueden llevar a la persona afectada y divulgar este secreto en público; en el Salmo 109:17 y 18 nos habla de la maldición que se acarrea la persona que invoca o ama la maldición , pero como es esto, puede acaso alguien: ¿amar la maldición? claro que nadie la ama, pero en realidad, por la desobediencia a Dios se cosecha  la maldición, y como rehúsa la bendición que viene implícita en la obediencia, la misma huirá de él.

2.- El mal que declaró, ese le alcanzará Job 3:25.

Esto nos habla del poder inherente en la Palabra, pues lo que más teme el hombre, de lo que más comparte, lo que esta declarando continuamente, eso le sucederá, la persona quedará atada por sus propias palabras (fue presa de sus propios temores) ¿Cuáles son tus temores? ¿Qué estamos hablando sobre nosotros mismos? ¿Será la economía, la salud, el futuro, la inseguridad, etc?

Recordemos que el temor mata la visión, paraliza la vida e impide recibir las bendiciones a tu vida, necesitamos creerle a Dios, permanecer firmes en su Palabra y afirmarnos en sus promesas. Ejemplos: Elías se fortaleció en la presencia de Dios ante los profetas de Baal y obtuvo una gran victoria, pero, permitió que su temor lo paralizara y se atemorizo ante una mujer, Josué después de lograr una contundente victoria en Jericó, se desmoronó en la derrota en Hai, y se volcó en una gran queja contra Dios.

3.- Aprende a ser agradecido Lucas 19:26

El Señor desea que seamos agradecidos en todo, que en todas las situaciones por  las que estamos atravesando, aprendamos a: “Dad gracias a Dios en todo” 1ª.Tesalonicenses 18. Que demos gracias al Señor por lo más pequeño, lo mínimo. La gratitud es la matemática divina de sumar y multiplicar, mientras que la queja y la maldición humana solo restan y dividen. Preparemos nuestro corazón para recibir mayor cantidad, para ser bendecidos, seamos agradecidos y nos será multiplicado aún lo más pequeño e insignificante. En el pasaje del Antiguo Testamento de  2 Reyes 4:1-7  tenemos la historia de una mujer que era viuda, dicha persona solo tenía un poco de aceite y una gran deuda, y con ello y una actitud de gratitud, fue cambiado su destino, esa poca cantidad de aceite, puesto en obediencia delante de Dios, obtuvo una grande provisión, esa fe, cambiará todo, nos dará seguridad, lo cual significa que aun ese poco aceite significa mucho en las manos de Dios.

Esa poca cantidad, con una actitud correcta, puesta en las manos del Señor, nos proveerá una cosecha abundante, suficiente para salir adelante en todas las situaciones.

4.- Empieza a pensar de ti mismo con una actitud diferente: Jeremías 29:11.

Aprendamos a creer lo que Dios dice de nosotros, cree lo que Dios dice de ti mismo, no nos veamos con nuestros propios ojos, nuestra propia óptica, sino con la perspectiva de Dios, de acuerdo a sus planes eternos, creamos lo que Dios dice de nosotros mismos, no creamos lo que nos dicen las circunstancias, ni la opinión de terceras personas sino lo que Él ha revelado en su Palabra.

Recordemos que Dios tiene un plan eterno para nuestra vida, y que todo obra de acuerdo a su perfecta sabiduría y en el cumplimiento del mismo.

5.- Empieza a declarar las promesas de Dios para tu vida: Romanos 4:17

Es tiempo de creer a Dios y su Palabra, y tener la fe de Abraham, llamado el padre de la fe, pues él se cimentó en la promesa que recibió de Dios, de procrear un hijo con su esposa Sara, a pesar de su imposibilidad. Abraham creyó a Dios “…y llamó las cosas que no son, como si fuesen” Rom. 4:17

Creamos en las promesas eternas e inmutables de Dios, y no en las situaciones pasajeras y cambiantes a nuestro alrededor, y aprendamos a llamar las cosas que no vemos, como Dios nos ha prometido que se cumplirán.